La formulación de una plataforma doctrinal
La plataforma doctrinal de las Sociedades de Wesley se formuló, al menos en sus líneas esenciales, durante esta primera conferencia. El propio Wesley había, tras un estudio diligente mientras estaba en Oxford, aceptado conclusivamente la teoría baptista de la redención general y aprendió a considerar las doctrinas de la selección y la reprobación, según Calvino las sostenía, con gran aversión. Su adhesión a lo que él creía ser la enseñ anza de la Sagrada Escritura le había sumido en un desagradable conflicto con Cennick, su ayudante laico de Bristol, y con su amigo y compañ ero evangelista Whitefield. Este último, habiéndose enamorado del por entonces Calvinismo prevalente en Nueva Inglaterra, se ofendió gravemente durante un sermón predicado por Wesley en 1740 sobre la «gracia libre» y protestó severamente en contra de esto en una carta a Wesley que los amigos de Whitefield publicaron en Inglaterra. Cennick apoyó las opiniones de la carta aunque, a través del uso que Wesley hizo de ellas, sembró las semillas de la disensión en la Sociedad de Bristol. La consecuencia fue la separación de Cennick de Wesley, el alejamiento temporal de Whitefield de su viejo amigo y la división del Metodismo en ramas, la calvinista y la wesleyana. Posteriormente, los dos amigos «estuvieron de acuerdo en discrepar», aunque a partir de entonces siguieron caminos separados. Pero durante esta controversia, el credo de la futura Iglesia de Wesley se asentó prácticamente y cuando Wesley celebró su primera conferencia y sus miembros conversaron durante dos días sobre «qué enseñ ar», consensuaron sustancialmente sobre el arrepentimiento, la elección, la justificación por medio de la fe, el testimonio del Espíritu, la santificación íntegra y otras doctrinas destacadas. Así, las opiniones teológicas de Wesley se convirtieron en la plataforma aceptada del gran sistema eclesiástico que inconscientemente estaba organizando.
El desarrollo del trabajo de Wesley
Durante los cinco añ os que precedieron a su primera conferencia, logró grandes cosas. Comenzando por Londres y por Bristol como los centros de su movimiento, Wesley había recorrido el país desde el final de la tierra hasta Newcastle y había formado Sociedades en numerosos pueblo y ciudades. Sólo en Londres contaban con no menos de dos mil almas. Su nombre en otros lugares se desconoce pero debió ser varios millares. Cuarenta y cinco predicadores, incluidos dos clérigos ordenados, estaban trabajando bajo esta directriz. Miles sin contar de entre ellos estaban acostumbrados a escuchar las aceleradas palabras que caían con un poder desacostumbrado de sus labios, y de los de sus ayudantes laicos devotos y trabajadores. Tenían que hacer frente a una oposición amarga y a una dura persecución y contaban con poca simpatía por parte del público para animarles. Las clases bajas estaban empapadas de brutalidad, las clases altas endurecidas por el escepticismo y dedicadas al placer. Los clérigos estaban congelados entre las formalidades del sistema. Las Iglesias disidentes con sus ministros eran poco entusiastas para alimentar la marea creciente de inmoralidad que desbordaba la tierra. Como señ ala Isaac Taylor, «se las podía encontrar fácilmente en ningún otro sitio nada más que en los libros». Y la característica peculiar de la nación inglesa era, usando las palabras de Wesley, «universal y constantemente impía». En contra de esta maldad triunfante, Wesley, con su hermano Charles, un puñ ado de clérigos espirituales, y su pequeñ a banda de ayudantes laicos, inspirados por la fe heroica, se habían unido y decidido a derrotarlas y a establecer el reino de la sagrada escritura en su lugar. Parecía una lucha injusta e infructuosa. Pero se lanzó con un mayor atrevimiento que el de un héroe en medio de la refriega y lideró el camino de una multitud que, si bien no purificaron íntegramente a Inglaterra, labraron una gran reforma en la moral pública, derramaron frescas mareas de vida espiritual tanto en las Iglesias establecidas como disidentes, levantaron ese excelso cuerpo de hombres y mujeres espirituales que finalmente constituyeron la Iglesia de Wesley y efectuaron una reforma que rompió el cetro de la impiedad y que convirtió a Inglaterra en una nación comparativamente piadosa.
Modificado por última vez 30 de abril de 2010;; traducido 2 de noviembre de 2010