[Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. (Follow for English version)]
Maynooth College, 1850. Pínchese sobre la imagen para agrandarla y obtener información adicional.
Los sentimientos anti-irlandeses y anti-católicos fueron enormemente exacerbados por la controversia concerniente a la concesión Maynooth. El Instituto real de San Patricio en Maynooth, condado de Kildare, en Irlanda, un seminario, fue fundado en 1795 y, después del Acta de Unión en 1801, en parte para detener el flujo de seminaristas a la Francia revolucionaria, su concesión se transfirió a Londres. Para horror de los protestantes fervientes, el proyecto de ley Maynooth proponía elevar la concesión de 10.000 libras a 26.000. Ademós, la concesión sería permanente y habría otra concesión adicional de 30.000 libras destinada a reparaciones.La concesión Maynooth no sólo fue el tema clave del día sino que condujo a una de las agitaciones políticas y religiosas mós agresivas y divisorias de todo el siglo. Oponiéndose a la nueva concesión Maynooth se encontraban aquellos que argumentaban que era inapropiado, innecesario y potencialmente peligroso para un Estado protestante apoyar a un seminario católico. A la agitación se unieron los «voluntaristas» que aprovecharon la ocasión para exigir el final de todas las concesiones gubernamentales a instituciones educativas privadas. Los no-conformistas se vieron escindidos por la cuestión, porque mientras muchos no-conformistas buscaban concesiones del Estado anglicano para sus instituciones educativas, otros eran estrictos «voluntaristas» o como los protestantes militantes que se oponían a cualquier cosa que alentara y socorriera a los católicos. Liderando la oposición a la concesión se encontraba el Exeter Hall en Inglaterra y las Logias Orange en Irlanda. Como Lord Macaulay dijo en el parlamento, «el partidario Orange emite su alarido, y el de Exeter Hall inicia su rebuzno» (Hansard, LXXIX, 657, citado en Norman, 29. Juntos, ambos agravaron lo que Harriet Martineau denominó «la gran controversia política del año, el tema con el cual el público pareció volverse loco» (Una historia sobre la paz de los trece años, (1878), 247, citado en Norman, 23).
Típico de la retórica del Exeter Hall fue el discurso del reverendo John Cummings de la Iglesia de Escocia, que tomó a Calvino y a Aquino como arquetipos de la virtud protestante y del vicio católico: «el contraste entre ellos es simplemente el contraste entre la libertad y la esclavitud», gritó, «entre la verdad y la mentira, entre el amor y el derramamiento de sangre, entre la luz y la oscuridad, entre el cielo y el infierno». (Actas de la conferencia anti-Maynooth de 1845, ed., A.S. Thelwall, 1845, citado en ibid., p.34, n.39). En un determinado momento, pareció como si Exeter Hall, el ruedo donde (en el Strand de Londres) se debatía la no conformidad militante, pudiera tener éxito a la hora de sacar la cuestión fuera del ómbito del debate parlamentario convirtiéndolo en un plebiscito, pero al final la concesión se aprobó en el parlamento (1845) y tres años después, el gobierno ofreció subsidios a las escuelas católicas en Inglaterra. De nuevo, se atacó a Peel por su traición de la causa protestante y Punch declaró:
¡Qué maravilloso es Peel!
Él cambió con el tiempo
Girando y retorciéndose como una anguila
Ascendiendo por el lodo.
(citado en Asa Briggs, La construcción de la Inglaterra moderna, 1784-1867. La edad del desarrollo. N.Y.: Harper y Row, 1959, 342).
Sin embargo, como argumenta E. R. Norman, existía una concienciación aguda de que los vientos del liberalismo estaban barriendo las antiguas y tradicionales nociones de los privilegios monopolistas, la primacía de una Iglesia establecida y de un Estado confesional (Norman 23ff.). Al miedo de la retirada de la Iglesia establecida se añadió el miedo complementario pero incluso mayor del progreso católico, un progreso que inevitablemente resultaría, según se creía, en un apoyo estatal hacia la Iglesia católica tanto en Inglaterra como en Irlanda. Ese temor se capta muy bien en los discursos frenéticos de Exeter Hall, discursos que, en su vehemencia anti-católica, reprodujeron en Inglaterra los prejuicios y el lenguaje violento de las sociedades Orange irlandesas y protestantes.
&iques;Cuól fue el papel de Robert Peel en la aprobación exitosa de la concesión Maynooth?
&iques;Cuól te parece que es el tono de los debates parlamentarios sobre la cuestión?
&iques;El de The Times?
&iques;Te parece difícil distinguir entre la preocupación de los contribuyentes de que sus impuestos iban a servir para apoyar la educación privada y el prejuicio anti-católico?
Modificado por última vez en 25 de marzo de 2002