[Traducción de Sandra del Peso, revisada por Montserrat Martínez García y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. En los títulos de las obras no traducidas al castellano, la traductora indica entre paréntesis que la traducción de los mismos es obra suya. En caso contrario, la traductora se basa en las traducciones ya disponibles que figuran en el registro ISBN. Del mismo modo, en lo referente a las citas literarias, la traductora indica las traducciones disponibles en castellano. Aquellos casos en los que no se hace referencia a ninguna traducción previa, aluden a la labor traductora de Sandra del Peso. Se incluye una lista de obras traducidas al castellano.
n junio de 1818, Scott, para el disfrute del lector general y los críticos, publica El corazón de Midlothian , novela en cuatro volúmenes. En un principio, deberían haber sido dos historias integradas dentro de la segunda serie de Cuentos de mi patrón (Tales of My Landlord), pero la novela creció bajo las manos de Scott en proporciones que él no había esperado. El narrador del cuento es supuestamente Jedediah Cleishbotham, el viejo profesor y asistente parroquial de Gandercleugh, un pueblo que se extiende exactamente entre Edimburgo y Glasgow por lo que se considera a si mismo "el ombligo" de Escocia. La historia se traslada a un período anterior al descrito en Waverley (la rebelión jacobita de 1745), concretamente a los años siguientes al Acta de Unión de 1707. La novela se sitúa en una época próxima a la implantación de la tasa impuesta por el Parlamento inglés sobre la malta (o cerveza, la bebida nacional escocesa) en 1725, que inmediatamente estimuló el contrabando y el justo comercio con licores de Holanda, Francia, y España. El argumento comienza con la ejecución en la horca de Wilson, por robar a un recaudador de aduanas. La muchedumbre, cuyos disturbios abren la historia, intenta rescatar a Wilson en el último momento. La novela se basa, no de un modo muy estricto, en la heroica caminata de Helen Walker desde Irongray, en Dumfriesshire, hacia Londres, en el intento por ganar el apoyo del Duque de Argyle para obtener la absolución de su hermana ante el cargo de infanticidio. Dicha mujer sirve como base para el personaje de Jeanie Deans. Ella es, a diferencia de otras muchas heroínas de novelas contemporáneas, austera, activa, y dominante. El climax, tras salvar la vida de su hermana gracias a la Reina Caroline, es una reivindicación de su extremadamente firme filosofía práctica y determinación personal.
Scott comienza su historia en mitad del Disturbio de Porteous en la prisión de Edimburgo. Finalmente, en el Capítulo 28 Scott proporciona la fecha del acontecimiento: 1737. El comandante de la guardia de la ciudad de Edimburgo, el capitán John Porteous, había ordenado a sus hombres abrir fuego contra la muchedumbre durante la ejecución en la horca de Wilson, la cual fue aplazada. Con el Disturbio de Porteus como transfondo histórico, Scott pasa a presentarnos al personaje de Effie Deans metida en prisión. Al mismo tiempo, Porteous es arrastrado fuera de su escondrijo y ahorcado en el Grassmarket por un segundo grupo de ciudadanos, encabezados por "Robertson" (alias de George Staunton, un joven noble e imprudente que está involucrado con los contrabandistas y que había sido el amante de Effie Dean). El reverendo Reuben Butler, el enamorado de Jeanie Dean, se ve obligado por la turba a ofrecer consuelo espiritual a Porteous durante su ejecución. Cuando Staunton ofrece a Effie la posibilidad de escaparse, ésta la rechaza, a pesar de los esfuerzos del joven, pues prefiere, en cambio, enfrentarse a la justicia.
La conversación subsiguiente al disturbio muestra el descontento y el sentimiento de desamparo que invadía a los escoceses porque el trono del gobierno estaba ahora Londres y no en Edimburgo. Después, haciendo hincapié en la compasión de los personajes en el juicio de Effie, Scott ataca no al sistema de gobierno, sino a la gente como Porteous que abusa de su autoridad. Debido a que Jeanie se niega a dar un falso testimonio que la habría tenido como consecuencia la absolución de su hermana, Effie es condenada a muerte por el asesinato de su propio niño. Su padre, "Douce Davie," es un sencillo seguidor de los principios cameronianos. Jeanie, la muy querida hija de su padre (y no la huérfana que realmente fue Helen Walker), siente que debe seguir su conciencia y no mentir para salvar a Effie, pero luego decide que logrará la libertad de su hermana encaminándose hacia Londres. Jeanie es todo lo que su hermana no es: Effie es hermosa, amante de un distinguido noble disfrazado, y madre de su hijo ilegítimo. Todo el mundo durante el juicio se comporta honradamente ante la justicia: Jeanie rechaza mentir a fin de permanecer fiel a sus principios y Effie admite que el Doomster (portavoz del jurado) ha tomado una justa decisión. Jeanie Deans emprende un práctico peregrinaje enfrentando todos los retos de un arduo viaje sin acobardarse. Tras llegar a Londres, apela con simple franqueza al Duque y a la Reina Carolina. Gracias a la benevolencia del Duque, Jeanie es capaz de casarse con su novio, el ministro presbiteriano Reuben Butler; su padre es retirado a una granja en el estado del Duque; y Effie se casa con su enamorado, Staunton. El niño a quien se la había acusado de asesinar está aun vivo; vendido por Meg Murdockson, a una vagabunda que buscaba vengarse de Staunton por haber seducido a su hija, ahora loca, Madge Wildfire. Irónicamente, al final de la novela, como ocurría con Layo en el mito griego, Staunton es asesinado por su propio hijo en la carretera.
Los incidentes ocurridos durante el camino a Londres deben algo a la obra Tom Jones de Henry Fielding (1749). Aunque los pies desnudos de Jeanie y su tartán llamen poco la atención en su tierra natal, cuando cruza la frontera se encuentra con groseras burlas. Por suerte, la joven hace amistad con una compatriota, la Sra Bickerton, casera de la posada de las Siete estrellas en York. De este modo, Scott compara el carácter de los escoceses frente al de los ingleses, contrastando sus actitudes culturales, sus sistemas de justicia, sus dialectos, y sus ambientes urbanos. Sin embargo, cuando un escocés ascendía en la escala social y se alejaba del resto de sus compatriotas, su habla se volvía menos impactante. El Duque de Argyle es un ejemplo de ello, tras convertirse en un juicioso y divino protector e interventor. Argyle es más un modelo del señor ideal que en un autentico terrateniente y político de las Tierras Altas. Los personajes que aportan el toque cómico, el tonto Señor de Dumbiedikes y el pedante Bartoline Saddletree (adecuado nombre para un fabricante de arreos) son memorables.
Última modificación el 28 de junio de 2008; traducido el 29 de diciembre 2010