[Traducción de Natalia Mora López revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. N. de T.: En ausencia de traducciones al castellano de las obras de G.P.R. James, se mantienen los títulos originales en inglés]

e conoce muy poco de la vida de GEORGE PAYNE RAINSFORD JAMES, aunque fue autor de cuarenta novelas, cada una en tres volúmenes, y produjo otros trabajos, superando, de hecho, las producciones de Sir Walter Scott. Empezó a publicar en 1822, siendo su primer libro Life of the Black Prince. En 1829 apareció Richelieu, y desde ese momento los temas de su fértil mente llegaron tan rápidamente ante el público como para provocar el asombro ante su destreza y la «velocidad» a la que trabajaba con la pluma.

Yo le conocí y le apreciaba mucho como caballero agradable y gentil, algo apuesto en persona, y de formas muy amables. Tenía el aspecto, e incluso el carácter, que normalmente caracteriza a un hombre de ocupaciones sedentarias. Su trabajo a lo largo de todo el día, e incluso de noche, debió ser incansable, ya que de ninguna manera echaba mano exclusivamente de su imaginación; debe haber recurrido mucho a los libros, y haber sido un gran lector, no sólo de crónicas inglesas, sino también europeas; y viajó en gran medida por los países en los que se ambientaban principalmente sus ficciones históricas.

Sus novelas siempre han sido populares — y lo son ahora — aunque muchos competidores por la fama, con objetivos más altos y quizás un talento más elevado, han abastecido las bibliotecas durante los últimos tiempos. No era cosa liviana echarle una carrera a Sir Walter Scott y no ser completamente derrotado. Su gran encanto era el interés que creaba cuando relataba una historia, aunque tenía una habilidad maestra para perfilar los personajes, y en sus «ensayos de caballerías» ninguno de sus hermanos le superó. Él recibió este tributo, y es sólo uno, del historiador Alison: —

«Hay un llamamiento constante, en sus brillantes páginas, no sólo a los sentimientos puros y generosos, sino también a los nobles y elevados. Está imbuido del alma de la caballería misma, y todas sus historias resultan en el triunfo de aquéllos que están influenciados por tales sentimientos. No hay una sola palabra o pensamiento que pueda afligir los corazones más puros que salga de su pluma.

[There is a constant appeal in his brilliant pages, not only to the pure and generous, but to the elevated and noble sentiments. He is imbued with the very soul of chivalry, and all his stories turn on the final triumph of those who are influenced by such feelings . Not a word or a thought which can give pain to the purest heart ever escapes from his pen.]

Christopher North declaró que sus obras eran las de «un caballero», a la vez que alabó su capacidad representativa, y Leigh Hunt captó la esencia de lo que escribió, y lo que constituyó el encanto de sus obras: — «Interés sin violencia, y entretenimiento vivo a la par que ligero; novelas que han sido tónicos para los momentos críticos de la enfermedad o la convalecencia.

Como no se conoce prácticamente nada de la vida de un hombre tan excepcional — uno que ha conservado, durante medio siglo, uno de los lugares más destacados entre los escritores de ficción ingleses — yo aprovecho con mucho gusto las escasas notas que me ha cedido una dama que le conoció bien y mucho.

Nació en Londres el 9 de agosto de 1800. Primero estudió medicina, pero a una edad temprana mostró amor por las letras, y, siendo muy joven, publicó varios cuentos cortos y poemas — entre ellos «String of Pearls». Durante los emocionantes años que siguieron a la abdicación de Napoleón, visitó Francia y España, de lo que sin duda obtuvo un conocimiento perfecto de la historia de esos países que después demostró en sus obras. Se casó con la hija del Dr. Thomas, y tras su enlace residieron durante algún tiempo en diferentes partes de Francia, Italia y Escocia, donde conoció y entabló su amistad con Sir Walter Scott. Fue Sir Walter Scott quien, tras leer detenidamente Richelieu, le aconsejó adoptar la literatura como profesión. Richelieu fue publicado, en 1829, y es bien sabido cómo de exitosa fue la carrera del autor, y con cuánta impaciencia esperaba el público la aparición de un nuevo trabajo de su puño y letra; pero aquéllos que le conocían en el ámbito privado, además de la admiración que sentían por él como autor, era imposible que no tuviesen también un aprecio sincero por él como hombre. Tenía un corazón grande y noble, y siempre fue un amigo amable para los que necesitasen ayuda, especialmente para sus hermanos literarios más pobres que él, ya que sus modales finos y caballerosos le hicieron ganar muchas amistades en todos los estratos de la sociedad.

«Alrededor de 1842, el Sr. James fijó su residencia en Walmer, y fue un invitado asiduo del Duke of Wellington, en el Castillo de Walmer. En 1845 abandonó Inglaterra con su familia para hacer una breve visita a Alemania, en parte por placer y en parte para recoger algo de información relacionada con la History of Richard Coeur de Lion, una obra que estaba escribiendo en aquel entonces. La enfermedad de dos de sus hijos le detuvo durante un año, y compuso Heidelberg y Castle of Ehrensteinen en Carlsruhe y Baden-Baden. Poco después de su vuelta a Inglaterra, se trasladó a la zona de Farnham, Surrey, y allí escribió con gran diligencia. Su dedicación era extraordinaria; tenía la costumbre de levantarse a las cinco en punto y escribir hasta las nueve. Más tarde, durante cuatro o cinco horas contrataba a un amanuense, y normalmente iba y venía de su estudio mientras dictaba. En junio de 1850, el Sr. James dejó Inglaterra con su familia para visitar los Estados Unidos, y adquirió un terreno en Massachusetts, donde residió hasta que fue nombrado Cónsul inglés en Norfolk, Virginia, en 1852. Sus tareas allí eran arduas, y su salud se resintió fuertemente por el clima, que en esa época era especialmente duro para los residentes europeos debido al terrible azote de lo que a menudo hace estragos en los Estados del Sur — la fiebre amarilla.

Durante su estancia en los Estados Unidos, el Sr. James escribió varias obras, tomando como tema la vida e historia americanas, como en el caso de Ticonderoga o The Old Dominion, entre otros. La última obra que publicó en Filadelfia fue Lord Montague's Page, en 1858. Bernard Marsh, una secuela de éste, apareció después, y fue el último trabajo que emanó de la pluma de este autor de tan alto talento, haciendo un total de unos ciento noventa volúmenes.

En 1859 el Sr. James fue trasladado, ante su encarecida petición, del Consulado de Norfolk al de Venecia, con la esperanza de sus amigos de que el clima italiano pudiese ser beneficioso para su salud y le devolviese las fuerzas, pero aunque al principio parecía mejorar con el cambio, eran tan grandes las exigencias sobre sus facultades mentales que incluso su incansable energía no estaba a la altura de la tarea que se le imponía. Poco después de la llegada del Sr. James a Italia, la guerra estalló, y Venecia fue sitiada, lo que amplió altamente la fatiga y ansiedad de la condición del cónsul, y a principios de 1860 fue presa de una enfermedad que culminó con su muerte en abril de ese mismo año. Recibió sepultura en el Cementerio Protestante de Venecia, y los habitantes ingleses de esa ciudad erigieron un momento en su memoria.

El Sr. james dejó una viuda, una hija y tres hijos. Fue un marido y padre tremendamente amable y cariñoso, un amigo afectuoso y fiel, un compañero jovial, y para resumir todas sus buenas cualidades bajo un único título, un caballero cristiano.

Referencias

Hall, S. C. A Book of Memories of Great Men and Women of the Age, from Personal Acquaintance. 3°r; ed. Londres: J. S. Virtue, [1871].


Modificado por última vez el 28 de junio de 2008; traducido el 13 de enero de 2011