[Segunda parte de «Rochester versus St. John Rivers: o por qué Jane Eyre prefirió un pecador cínico a un fanático religioso». Todas las referencias a las páginas y al capítulo son de la edición clásica de Penguin de la novela que contiene una introducción y notas de Michael Mason. Traducción de Montserrat Martínez García revisada por Asun L�pez-Varela revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

a clave de las fechas esenciales en Jane Eyre se encuentra en un tipo de libro totalmente diferente, el Libro de la oración común anglicano, libro casi completamente olvidado en la Inglaterra contemporánea. Resulta extremadamente difícil para las generaciones modernas comprender el papel tan vital que se asignó al Libro de la oración común dentro del Estado inglés y homogéneamente protestante. Esto no significa que el Reino Unido fuera íntegramente inglés o incluso anglicano en la época en la que Jane Eyre se publicó en 1847, pero sí es cierto que fue abrumadoramente un Estado con una Iglesia establecida. La entrada en las profesiones, en la universidad, en el parlamento, en las fuerzas armadas y en el funcionariado — de hecho, cualquier posición de autoridad, política o de otro tipo — dependía de la lealtad hacia el orden establecido. El orden establecido implicaba un modo de vida tal y como estaba formulado en la Santa Biblia y traducido en el Libro de la oración común, escrito y revisado por los cánones de la Iglesia anglicana. Éste fue el mundo en el que Brontë nació.

Además, como hija de un sacerdote de la Iglesia de Inglaterra, era un mundo con el que ella, como deber, se esperaba que debía conformarse. Escenas de una vida clerical de George Eliot, contemporánea de Brontë, transmite maravillosamente el ambiente en el que Jane se espera que sobreviva. George Eliot o Mary Ann Evans, procedía de un ambiente muy similar al de Brontë. Existen razones para pensar que tomó prestado su nombre literario de la novela de Jane Eyre. El amante de Mary Ann era corrector de pruebas de Jane Eyre para los editores.

Para las familias de las clases medias nacientes de mediados del siglo XIX, la Biblia y El libro de oración común no sólo servían como guías sino que debían ser obedecidos. La Biblia portaba la Palabra de Dios y El libro de oración contenía las instrucciones de sobre cómo tal obra debía aplicarse diariamente. El libro de oración daba instrucciones para los nacimientos, matrimonios y fallecimientos, incluso estando en el mar. Se trataba de un calendario eclesiástico y de un libro de instrucción. Contiene plegarias para prepararse antes de una batalla y plegarias por la victoria ulterior, y para que Dios ilumine a los líderes de una nación con sabiduría. También incluye instrucciones para visitar a los enfermos, el modo de agradecer después de que una mujer ha dado a luz, y las instrucciones para la preparación de los niños a la hora de ser aceptados en la Iglesia. El libro de oración dispone los artículos de fe, y el fracaso para aceptarlos significa la exclusión de los oficios públicos de cualquier tipo. También contenía una lista de El libro de las homilías para que se leyera a la congregación a intervalos «adecuados» y «frecuentes» a lo largo del año. Las homilías son un conjunto de principios por los cuales se esperaba que todo el público dirigiera sus asuntos, tanto públicos como privados. Los líderes de la nación vivían de acuerdo con ellos y se esperaba que los súbditos de la reina los respetaran. Cada aspecto del gobierno general de la nación inglesa extraía los consejos o instrucciones de las páginas de El libro de oración. Cromwell utilizó la claridad de los consejos sobre cómo tratar a los enemigos después de la rendición con efectos devastadores en Irlanda durante el siglo XVII. Tales acciones estaban claramente estipuladas en El libro de oración y debían ser seguidas según pasajes del Deuteronomio, un libro del Antiguo Testamento.

Cromwell podía citar y lo hizo El libro de oración y a la autoridad bíblica al arrasar Drogheda. El libro de oración contiene un capítulo titulado «Denuncia de la ira y de los juicios de Dios en contra de los pecadores». Las instrucciones se dan como «maldición de Dios» en los capítulos 7 y 20 del Deuteronomio. Cromwell afirmó esta autoridad en varias ocasiones, siendo la más famosa su «Declaración de enero a los obispos irlandeses», cuando declaró, «Sois parte del Anticristo, de cuyo reino la Escritura habla tan expresivamente que debería ser reducido a sangre . . . » [Véase F. Harrison, Oliver Cromwell, 1912, p.145]. La vida inglesa estaba basada en un monarca, en el Parlamento y en una ley común que se aplicaba en el resto del Reino Unido y que estaba formada y residía sobre los principios establecidos en El libro de oración común.

En la casa de Charlotte Brontë se rezaban todos los días oraciones y se leían lecciones según «El calendario con la tabla de lecciones» incluido en El libro de oración, cuya información resultaba útil para el ministro parroquial. El ministro del hogar de las Brontë era, por supuesto, el reverendo Patrick Brontë, a quien le ayudaba, después de la temprana muerte de su esposa, su hermana Elizabeth Bramwell, una discípula acérrima y timorata de John Wesley. Una vez que he trazado brevemente la influencia de El libro de la oración común en la vida inglesa del siglo XIX dentro de la propia casa Brontë, me centraré ahora (I shall now turn) en su importancia en el texto de Jane Eyre.

Otras partes de este ensayo (disponible sólo en inglés)

Referencias

Charlotte Brontë, Jane Eyre, Penguin, 1996.

El título completo real del manuscrito de la novela fue Jane Eyre: una autobiografía, editado por Currer Bell. El género del autor se dejó deliberadamente ambiguo. La razón puede evidenciarse leyendo este artículo.


C. Bronte

Modificado por última vez el 19 de enero de 1999; traducido diciembre 2009