[Traducción de Martin Glikson revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]
En Hudson’s Statue (texto en Inglés], Carlyle, el erudito victoriano, señala la proliferación de estatuas y critica la incapacidad del público de identificar a los falsos ídolos. Beerbohm, en “Una defensa de la cosmética” (“A Defence of Cosmetics”), también advierte la tendencia moderna del uso de cosméticos artificiales a la manera de los eruditos. Sin embargo, mientras que un satírico tradicional habría reprendido a esas ridículas mujeres por su artificiosidad, Beerbohm las alaba por su uso virtuoso de la cosmética. El apocalíptico “For behold!” (“He aquí”) no está dirigido a alertar al pueblo contra la era del artificio, sino que profetiza el fin de la aburrida era victoriana y nos insta a abrazar la tan denostada tendencia de la artificiosidad.
Nuestra Arcadia de los Ungüentos, toda hierba y mineral y criatura viviente habrá de dar de su sustancia. Los blancos acantilados de Albión [= Inglaterra — N. del T.] serán reducidos a polvo en nombre de la Hermosura, y perfumados con los espectros de muchas pequeñas violetas. Los esponjosos patos, que nadan en el estanque, perderán sus plumas para que la borla de empolvar sea como la luna pasando sobre el hermoso rostro de la Hermosura. Hasta los camellos serán provisores de deleite, concediendo numerosos mechones de su pelo para ser teñidos en su espléndido estuche de colores y a través de su mejilla la ligera pata de liebre habrá de volar como antaño. El mar le ofrecerá el phuchus, su alga escarlata. Derramaremos la sangre de las moras según su voluntad.
Y será que estas cosas acontecerán. ¡Tiempo de alegría y jovial indulgencia! Pues la Artificiosidad, a quien promovimos, ha regresado a nosotros, y, aunque sus ojos están enrojecidos por el llanto, ella sonríe compasivamente. Ella es buena. ¡Bailemos y regocijémonos, montemos holgorio! Artificiosidad, la más dulce de las exiliadas, ha vuelto a su reino. ¡Bailemos en su bienvenida!
[Our Arcade of the Unguents, all herbs and minerals and live creatures shall give of their substance. The white cliffs of Albion shall be ground to powder for Loveliness, and perfumed by the ghosts of many a little violet. The fluffy eider-ducks,, that are swimming round the pond, shall lose their feathers, that the powder-puff may be moonlike as it passes over Loveliness' lovely face. Even the camels shall become ministers of delight, giving many tufts of their hair to be stained in her splendid colour-box and across her [134/135] cheek the swift hare's foot shall fly as of old. The sea shall offer her the phuchus, its scarlet weed. We shall spill the blood of mulberries at her bidding.
All these things shall come to pass. Times of jolliness and glad indulgence! For Artifice, whom we drove forth.) has returned among us, and, though her eyes are red with crying, she is smiling forgiveness. She is kind. Let us dance and be glad, and trip the cockawhoop! Artifice, sweetest exile, is come into her kingdom. Let us dance her a welcome! (8)]
Y sin embargo, ¿habla en serio Beerbohm acerca de abrazar el artificio? Masacrar aves inocentes y derramar la sangre de los frutos del bosque sólo para que “el hermoso rostro de la Hermosura” sea aún más hermoso suena un poco ridículo.
Preguntas
1. En su proclama casi bíblica de un nuevo reino, dice, “¡Bailemos y regocijémonos, y montemos holgorio!” (“Let us dance and be glad, and trip the cockawhoop!”). ¿Qué es “holgorio”? ¿Cuál es la función de esta palabra chistosa dentro de este final serio y profético?
2. Tras la primera publicación de “Una defensa de la cosmética”, el público se sintió disgustado porque tomó en serio la grotesca defensa de Beerbohm. Pero, ¿hablaba Beerbohm en serio?
3. La “Modesta propuesta” de Jonathan Swift, a pesar de su seca seriedad, muestra claramente que la propuesta no es seria. ¿Es Beerbohm tan claro como Swift respecto de su postura? ¿Cómo lo sabemos?
Last modified 28 June 2008; traducido diciembre 2009