[Traducción de Adriana Osa revisada y editada por Esther Gimeno y Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]
En este pasaje de Alicia a través del espejo, Lewis Carroll parodia la tecnología victoriana y la fascinación típica de la época por los nuevos inventos:
Veo que admira mi pequeña caja -observó el Caballero con tono afable-. Es de mi propia invención, para guardar ropa y bocadillos. La llevo boca abajo, como ves, para que no entre la lluvia dentro.
Pero es que se le va a caer todo fuera -señaló Alicia con solicitud-. ¿No se ha dado cuenta de que lleva la tapa abierta?
No lo sabía -respondió el Caballero, mientras una sombra de contrariedad cruzaba su rostro-. En ese caso, ¡todas las cosas se deben haber caído! Y ya de nada sirve la caja sin ellas.
Me estaba precisamente preguntando para qué serviría la trampa para ratones -dijo Alicia-. No es muy probable que haya ratones por el lomo del caballo.
No será probable, quizá -contestó el Caballero- pero, ¿y si viniera alguno? No me gustaría que anduviera correteando por ahí. Verás -continuo diciendo después de una pausa- lo mejor es estar preparado para todo.
El gran arte de la equitación, como estaba diciendo, estriba en mantenerse adecuadamente en equilibrio. De esta manera en que voy a demostrar...
Dejó caer las riendas y extendió ambos brazos para mostrarle a Alicia lo que quería decir, y esta vez se cayó cuan largo era y de espaldas bajo las patas del caballo.
¡Práctica más que suficiente! -continuaba repitiendo todo el tiempo, mientras Alicia le ayudaba a ponerse en pie. ¡Práctica más que suficiente!
¡Esto es ridículo! gritó Alicia perdiendo la paciencia.
“En lo que a ciencia y tecnología respecta, los victorianos inventaron la idea moderna de invento , es decir, la idea de que uno podía dar con la solución de todos los problemas, que el hombre puede crear maneras de mejorarse a sí mismo y su entorno.” Alicia pone de manifiesto la futilidad de los inventos del Caballero Blanco cuando observa la trampa para ratones encima del caballo y dice: “no es probable que haya ratones en el lomo del caballo.” Uno podría pensar que, puesto que las aventuras de Alicia tienen lugar en un mundo fantástico sí que podría darse el caso de que hubiera ratones sobre el caballo. Sin embargo, el Caballero está de acuerdo con Alicia: “Ciertamente, no es muy probable”, indicando de esta manera al lector que la lógica de Alicia prevalece tanto en el mundo de Alicia como en el del Caballero Blanco. En vez de facilitarle la vida, los inventos del Caballero no hacen más que traerle problemas: pierda los objetos que había colocado en su propio invento, la caja. Los inventos, en vez de dar con las soluciones sólo crean más problemas.
Sin embargo, su punto débil no es la falta de lógica de sus inventos, sino la falta de lógica al hacer uso de ellos. Por ejemplo, colocar una trampa de ratones encima del caballero sería útil en el caso de que los ratones se acercaran a los caballos. Sin embargo, el Caballero no contempló la posibilidad de que ese tipo de casos no eran muy corrientes en su mundo. De igual manera poner la caja boca abajo podría proteger el contenido de la lluvia siempre y cuando el Caballero se hubiera acordado de cerrar la tapa. El título del capítulo junto con la repetición de la palabra “invento” sugiere que Carroll está comentando la idea moderna de invento. Quizá Carroll advierte del peligro de los inventos que vayan de las manos y pierdan su propósito principal, es decir, inventar por el hecho de inventar algo y no para mejorar las condiciones de vida.
La preocupación del Caballero Blanco por el arte más que por el hecho práctico de montar a caballo es similar a su obsesión por inventar: el propósito original de montar a caballo -como medio de transporte- va desapareciendo. Al final, Alicia dice exasperada: “¡Es demasiado ridículo!” al ver cómo el Caballero se cae del caballo. El grito de Alicia se puede aplicar a la mentalidad del Caballero respecto a los inventos, el montar a caballo y su manera de pensar tan poco práctica en general. Los numerosísimos planes e inventos del Caballero Blanco bien pueden reflejar la “nueva época tecnológica” que supuso la época victoriana en Inglaterra y que Jordan menciona -y de la que se mofa Carroll. Si los inventos eran un signo de modernización e industrialización en la Inglaterra victoriana, quizás Carroll, a través del pasaje, sugiere que un exceso de modernización no es la clave para mejorar ni el entorno ni la propia existencia.
Last modified 28 June 2008; traducido 18 January 2010