[Capítulo tercero, nota 47, sobre el autor de Carlyle y la búsqueda de autoridad que la Ohio State University Press publicó en 1991. Aparece en la Victorian Web gracias al amable permiso del autor que por supuesto conserva el copyright.  Indica un enlace a material que no aparece en la versión impresa original. GPL]. Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de Landow.]


LaValley (139, 146, 159) y J. Rosenberg (64-66) ya han observado previamente el uso de la épica burlesca en Carlyle. Tanto Rosenberg como La Valley proporcionan un antídoto importante a aquéllos que no tienen en cuenta el elemento épico burlesco en sus discusiones sobre el uso de la forma épica en Carlyle, pero pienso que Rosenberg se equivoca cuando argumenta que Carlyle se “jacta” de que “el discurso es más útil que la canción” (52-53). Como el tema del discurso en La Revolución francesa deja claro, Carlyle “habla” sólo porque cantar se ha vuelto imposible (véase también LaValley, 147). Cumming, por su parte, resta énfasis a los recursos épicos, y aporta un correctivo a Rosenberg y a LaValley concentrándose en la remodelación de la épica que Carlyle efectúa.


Actualizado por última vez el 5 de octubre de 2001; traducido el 19 de octubre de 2012