[Traducción de Rocio von Jungenfeld revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. En los títulos de las obras no traducidas al castellano, la traductora indica con la anotación «Nota del Traductor (N. T.)« entre paréntesis que la traducción de los mismos es obra suya. En caso contrario, la traductora se basa en las traducciones ya disponibles que figuran en el registro ISBN. Del mismo modo, en lo referente a las citas literarias, la traductora indica las traducciones disponibles en castellano. Aquellos casos en los que no se hace referencia a ninguna traducción previa, aluden a la labor traductora de Rocio von Jungenfeld.]
Frances (Fanny) Trollope, madre de Anthony Trollope, fue una polémica y prolífica escritora. La tercera hija del reverendo William Milton y Mary Gresley nació en Bristol en 1780. Su madre murió tras dar a luz, y su padre quedó a cargo de los tres hijos. De niña, Fanny estaba interesada en la literatura inglesa, francesa e italiana. En 1803, su hermano Henry Milton empezó a trabajar en la oficina de guerra (War Office) y se trasladó a Bloomsbury en Londres. Poco después Frances y su otra hermana se unieron a él. En 1809, Frances se casó con el abogado Thomas Anthony Trollope, con quien tuvo siete hijos. En 1827, cuando su marido se declaró en bancarrota e incapaz de mantener a la familia, Frances a sus 52 años, tomó la decisión de embarcarse hacia America con la esperanza de encontrar un modo de vida en el Nuevo Mundo a través de la escritura que le permitiese mantener a su familia. Escribió 40 libros: seis relatos de viajes, 34 novelas, numerosos artículos polémicos y poemas.
A su regreso en Inglaterra de los Estados Unidos, Frances publicó su primer relato de viajes, el famoso Domestic Manners of the Americans (Costumbres domésticas de los americanos (1832). Este mordaz relato sobre la sociedad americana se convirtió en best seller. Trollope critica las groseras maneras de los hombres en America, y expresa su preocupación por como las mujeres americanas se veían obligadas a seguir una religión opresiva, que derivaba en devoción excesiva, confusión mental, e incluso enfermedad.
¿Cómo pueden los hombres en América, quienes se reconocen buenos maridos y padres, disfrutar de la libertad espiritual de caminar en el templo de los dioses vivos, y dejar a aquellos a los que amaron en la tierra atados a las cadenas de acero de un fanatismo déspota? ¿Cómo pueden respirar el cálido aire, sin pensar en la contaminada atmosfera, que los pechos más preciados que los suyos propios, han de soportar? ¿Cómo pueden mirar las flores primaverales y no recordar las lindas mejillas de sus jóvenes hijas, que pálidas como la cera permanecen sentadas durante interminables bochornosas horas, confinadas con otras cientos de víctimas, escuchando las vanidades del sacerdote, canonizadas por un colegio de mujeres mayores? No puede ser que piensen que esto es necesario para conseguir la salvación, pues ellos no decidirían entonces no participar. ¿Por qué razón pues? ¿Es que temen a estos auto-elegidos y auto-designados sacerdotes, y por lo tanto deciden entregar a sus mujeres e hijas para complacerles? ¿O consideran que su libertad hebdómada (semanal) es mas completa, porque sus mujeres e hijas están calladas durante cuatro o cinco horas al día en la iglesia o capilla? [274]
Trollope reclama que las mujeres americanas están más recluidas en el entorno doméstico que sus hermanas inglesas. Las mujeres americanas estaban vetadas del entorno público a excepción de los encuentros religiosos, donde incitadas por los sacerdotes, se les permitía demostrar su fervor religioso.
Trollope escribió otros relatos de viajes, que eran bastante populares entonces y que hoy en día están casi olvidados. Estos relatos incluyen: Bélgica y Alemania del Oeste en 1833 (1834), Paris y los parisinos (1835), Viena y Austria (1838), Un Verano al Oeste de Francia (1841) y Una Visita a Italia (1842). Ninguno de estos relatos de viajes cuenta con el explícito mensaje social y feminista de Domestic Manners (Costumbres domésticas). Aparte de los relatos de viaje, Trollope también escribió ficción. Su novela ás célebre es La Viuda de Barnaby (1839) y la consecutiva La Viuda Casada (1840). Frances Trollope muere en Florencia el 6 de Octubre de 1863 a los 84 años de edad. «En algún momento de su vida — como Pamela Neville-Sington escribe — su popularidad se equiparaba, o incluso excedía, a la de Jane Austen, Charles Dickens, y a la de su hijo Anthony» (Ayres, 12). Algunas de las novelas de Trollope contienen una profunda preocupación por problemas sociales y por la lucha de reformas sociales. Trollope también escribió la primera novela contra la esclavitud llamada Jonathan Jefferson Whitlaw (1836).
El Vicario de Wrexhill
En el Vicario de Wrexhill (1837), su mejor novela y contundente sátira, Trollope critica la iglesia evangélica a la cual ella desprecia. Según Douglas Murray, «la novela El Vicario de Wrexhill es una crítica a la iglesia evangélica desde una postura anglicana. Es un astuto comentario sobre los tradicionales métodos de la iglesia evangélica y un análisis casi profético de los resultados que estos métodos provocaron.» (Ayers, 73). La novela satiriza al Reverendo William Cartwright, un personaje que se asemeja a la figura de John William Cunningham (1780-1861) un vicario de Harrow cuya conducta y postura Trollope detesta. De hecho, Cunningham ocupó la casa que su marido construyó y que la familia Trollope tuvo que abandonar a causa de los problemas financieros.
Al contrario que previos personajes de ficción en lengua inglesa tales como Parson Adam de Henry Fielding en Joseph Andrews, Charles Primrose de Goldsmith en El Vicario de Wakefield, y Yorick de Sterne en Tristram Shandy y Un viaje sentimental, Cartwright es, indiscutiblemente, un villano que manipula con eficacia a sus feligresas. El personaje de Cartwright probablemente inspira el casi cómico personaje de Dickens Parson Stiggins en Pickwick Papers. La primera víctima de Cartwright es Clara Mowbray, una rica viuda con la cual se casa para obtener control sobre sus propiedades. Cartwright también manipula a otras feligresas que responden sumisamente a sus oratorias. Trollope desarrolla una fuerte aversión hacia la religión evangélica, la cual considera tan fanática como la católica, y define la devoción evangélica de hipócrita.
Trollope considera hipócrita la postura evangélica hacia las reformas sociales y los derechos fundamentales del ser humano, pues a su parecer está basada meramente en interés propio y ansia de poder — lo cual es tal vez irónico teniendo en cuenta su propio interés en reformas sociales. Historias de una Barrica de Jonathan Swift tal vez haya satirizado las relación entre sexualidad y cristianismo, pero Trollope probablemente sea la primera en atreverse a sugerir que las sumisas y honradas mujeres pueden fácilmente convertirse en victimas de sacerdotes abusivos. Trollope considera que la solución a los problemas de las mujeres (Women Question) sería facilitarles una buena educación, mediante la cual puedan convertirse en mejores madres e hijas, y puedan interactuar con hombres y participar con soltura en actividades públicas.
Michael Armstrong, el Chico de la Fábrica
Michael Armstrong, el Chico de la Fábrica (1840) es una de las primaras novelas publicadas en Gran Bretaña sobre el contexto social de la industria. Trollope con su postura feminista y maternal centra su argumento en la explotación infantil. Rosemarie Bodenheimer describe el trabajo de Trollope como «una novela paternalista-conservadora (Tory) escrita en apoyo al Movimiento de las Diez Horas (Ten Hour;s Movement)» (26). La novela trata sobre las condiciones laborales en las industrias de Manchester y denuncia la explotación infantil en Inglaterra a principios de la era victoriana. Probablemente, Trollope se inspiró en A Memoir of Robert Blincoe (1828), un conocido documento sobre la explotación infantil y la industrialización escrito por John Brown, y seguramente, también usó los Libros Azules de Parlamento (Parliamentary Blue Books), El Informe Sadler (1832), y sus propias observaciones de fábricas de Manchester y Bradford como referencias para su novela. La novela narra las consecuencias de la benevolencia desmedida. Sir Matthew Dowling, un prospero empresario, adopta a un huérfano que trabaja en una fábrica llamado Michael Armstrong y le convierte en su empleado de hogar. Sin embargo, Michael se siente aislado y maltratado en casa de su benefactor, quien pronto se aburre del chico y decide mandarlo a los molinos de Deep Valley, un entorno industrial opresivo donde los niños están expuesto a trabajos abusivos, a pasar hambruna y se ven afectados por enfermedades.
Afortunadamente, Michael consigue escapar de los molinos. El feliz e inverosímil final de la novela cuenta con el matrimonio de dos parejas de diferentes clases sociales. El hermano lisiado de Michael, Edward y, su amiga de la infancia, Fanny Fletcher son adoptados por Mary Brotherton, una compasiva y rica heredera de una producción de algodón, a la cual le horroriza la brutalidad con la que son explotados los niños en el entorno industrial. Michael se reúne casualmente con Edward y Fanny, y posteriormente Michael se casa con Fanny y Edward se casa con Mary. Los cuatro emigran a Alemania para olvidar las traumáticas experiencias de Inglaterra.
El argumento de Trollope consiste en que la caridad individual no resuelve el problema de la pobreza — una postura particularmente anticonservadora (un-Tory). Su novela contribuyó a la revisión del Acta de las Fábricas de 1844. Trollope, quien describe las infrahumanas condiciones en las cuales la clase obrera ha de vivir, precede a Benjamin Disraeli y a Elizabeth Gaskell en cuanto a la denuncia de las condiciones infrahumanas en fábricas y chabolas. Sirviéndose de un ingenuo personaje que representa a sus ignorantes lectoras, Trollope abre los ojos a las lectoras de la clase media y desvela las condiciones de los niños en las fábricas. Una joven mujer pregunta asombrada:
«¿Quieres decir que los niños son forzados a trabajar hasta quedarse dormidos de pie?»
«Sí, Señora. Docenas y docenas de niños son atados, golpeados y apaleados por quedarse dormidos todos los días del año excepto en domingo.»
«¿Pero, son los padres a los que hay que culpar por dejar a los niños pequeños ir a trabajar, no?
«Se morirían de hambre, Señora, si no lo trabajaran,» respondió la niña.
«¿Cuántos años llevas trabajando tú en la fábrica, Sophy?»
«Doce años, Señora, cumplí esta primavera.»
«¿Y, cuántos años tienes?»
«Diecisiete, Señora.»
«¿Diecisiete menos doce? — ¿Quieres decir que empezaste a trabajar en la fábrica cuando tenías cinco años?» dijo Mary con un tono de incredulidad.
«Tenía cinco años y tres meses, Señora,» respondió la niña con firmeza. [79-80]
La propia experiencia de pobreza vivida por la maternal Trollope le sirvió de estimulo para hacer una satisfactoria campaña contra la explotación infantil en fábricas y minas.
Jessie Phillips: Un Relato de hoy en día
Su novela número diecisiete Jessie Phillips Un Relato de Hoy en Día (1843), trata sobre seducción e infanticidio. En esta novela Trollope critica la ley New Poor Law de1834 y desvela los apuros pasados por las mujeres que caen en la pobreza por no poder señalar a los padres de sus hijos ilegítimos.
Jessie es una guapa joven de procedencia rural que ayuda a su madre con la costura. Jessie es seducida y abandonada por Frederic Dalton, hijo de un escudero. Tras ser seducida y abandonada, Jessie vive en una casa de acogida y da a luz. Jessie no puede reclamar ayuda económica del padre del niño a causa de la cláusula de bastardía (Bastardy Clause) de 1834. Al final, Jessie es acusada en falso de haber perpetrado infanticidio. Como Jessie nunca se caso, la cláusula de 1834 no le permitía reclamar la ayuda del padre del niño ilegítimo. La autora resuelve el argumento al hacer que el seductor cometa suicidio mientras Jessie muere de muerte natural. La publicación de Jessie Phillips creó una gran polémica sobre la Bastardy Clause. Poco después la Casa de los Comunes (House of Commons) creó una nueva ley en la que se responsabiliza a los padres a subsidiar a los hijos ilegítimos.
Feminismo maternal
El feminismo maternal de Trollope la situada entre Elizabeth Gaskell y otras escritoras conservadoras que luchaban por los Derechos de la Mujeres (Women Question). Como Gaskell, Trollope reclama el derecho a una mejor educación que permita a las mujeres ser autosuficientes. También influyó sobre las mujeres de buen estatus social y las animó a participar en actos públicos. Trollope quien vehementemente se oponía a la idea de una mujer recluida al papel de ama de casa, estaba convencida que la maternidad debiera trascender el entorno doméstico al cual está ligado. Las madres no sólo han de educar a sus hijos, sino que también debieran extender está labor educadora e influir en la sociedad en general. Como Susan K. Kissel explica:
El paradigma estructural de sus ficciones revela la creencia de que el futuro de la civilización esta en las manos de jóvenes mujeres inteligentes, las heroínas del mundo. Una y otra vez repite este modelo que insiste en el poder salvador y en la influencia moral de la joven heroína en un mundo corrupto. [77]
El feminismo de la maternal Trollope manifiesta una fuerte convicción en que las mujeres han de cumplir con sus quehaceres domésticos y su papel de ama de casa, pero que también han de ser capaces de comunicar sus preocupaciones sociales en público. Las mujeres debieran tener la posibilidad de fortalecer sus valores familiares y maternales en público y que la participación social en el entorno público no debiera estar limitado por la diferencia de sexos.
Conclusiones
Aunque Frances Trollope ha recibido menos atención de la que se le ha prestado a su hijo Anthony en el entorno académico, los críticos señalan que Trollope cuenta con una capacidad intelectual y una habilidad literaria equiparable a su profunda humanidad, a su consciencia feminista y a la participación de la mujer en actividades públicas. En sus novelas, Trollope expresa las preocupaciones morales y éticas de su tiempo. Sus narraciones, en las cuales mezcla ficción y realidad, Trollope trata numerosos problemas sociales tales como la cláusulas de bastardía, las leyes injustas, la explotación infantil en las fábricas, la abolición de la esclavitud, la corrupción de la iglesia y los derechos de la mujer. Las novelas de Trollope sirven para concienciar a la sociedad y provocar cambios y reformas sociales que ayuden a proteger a mujeres y niños. Estas novelas han influenciado a las generaciones de escritoras posteriores a Trollope.
Referencias
Ayres, Brenda A., ed. Frances Trollope and the Novel of Social Change. Westport, CT: Greenwood Press, 2002.
Bodenheimer, Rosemarie. The Politics of Story in Victorian Social Fiction. Ithaca, New York: Cornell University Press, 1988.
Johnston Johanna. The Life, Manners, and Travels of Fanny Trollope ( 1979). Kissel. Susan S. In Common Cause: The "Conservative" Frances Trollope and the "Radical Frances Wright. Bowling Green, OH: Bowling Green State University Popular Press, 1993.
Landow, George, P. «Victorian Women, Evangelical Religion, Criticism of It and Them», The Victorian Web.
Neville-Sington, Pamela. Fanny Trollope: The Life and Adventures of a Clever Woman.
Terry, R. C., ed. Oxford Reader's Companion to Trollope. Oxford: Oxford University Press, 1999.
Trollope, Frances Milton. Domestic Manners of the Americans. London: Whittaker, Treacher, & Co., 1832.
_____. Life and Adventures of Michael Armstrong, The Factory Boy. Vol. II. London: Henry Colburn Publisher, Great Marlborough Street, 1840.
Modificado por última vez el 9 de noviembre de 2010; traducido enero de 2011