[Traducción de Adriana Osa revisada y editada por Esther Gimeno y Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

Antecedentes y comienzos

painted portrait of Carroll

Lewis Carroll, como sería posteriormente recordado, nació el 27 de enero de 1832. Su familia era del norte de Inglaterra con antepasados irlandeses, conservadora, anglicana de clase media superior e inclinada hacia las dos viejas profesiones de este tipo de estamentos: el ejército y la Iglesia. Su bisabuelo, llamado también Charles Dodgson, había ascendido hasta hacerse obispo; su abuelo, otro Charles, había sido capitán del ejército, y había muerto en acción en 1803 mientras sus dos hijos eran apenas bebés.

El mayor de éstos — otro Charles — volvió al otro negocio familiar y se ordenó sacerdote. Fue a Westminster, una de las siete escuelas privadas más famosas de Inglaterra, y de allí a Oxford. Era un matemático brillante y obtuvo la máxima calificación, lo que podría haber sido, pero resultó no ser, el preludio de una carrera brillante. En cambio se casó con su prima en 1827 y se retiró en la oscuridad como clérigo rural.

El joven Charles nació en la pequeña casa de párroco de Daresbury en Cheshire. Era el mayor de los hijos varones pero el tercero del matrimonio. Ocho más debían seguir e, increíblemente para la época, todos ellos (siete hijas y cuatro hijos) llegaron a la edad adulta. Cuando Charles tenía once años le concedieron a su padre la administración de Croft-on-Tees en el norte de Yorkshire y la familia entera se mudó a la nueva y espaciosa casa parroquial. ’sta fue su casa durante los siguientes veinticinco años. Dodgson padre hizo algún progreso dentro de la jerarquía de la iglesia: publicó algunos sermones, tradujo a Tertullian, se convirtió en arcediano de la catedral de Ripon y se implicó, a veces de manera muy influyente, en las intensas disputas religiosas que dividían la iglesia anglicana. Pertenecía a la High Church (N. de T.: una rama del anglicanismo que usaba ritos católicos.) con inclinaciones hacia el anglo-catolicismo y era un admirador de Newman y del movimiento tractariano (Tractarian movement) e hizo todo lo posible por inculcar tales ideas a sus hijos.

El joven Charles concluyó su infancia siendo un muchacho inteligente y elocuente. Durante los primeros años fue educado en casa. Sus "listas de lectura" ’conservadas por la familia’ demuestran su intelecto precoz: a la edad de siete años ya leía El progreso del peregrino (Pilgrim’s Progress). A menudo se dice que era zurdo por naturaleza y que sufrió un trauma psicológico severo al verse obligado a actuar en contra de esta tendencia natural, pero no hay ninguna prueba documental que apoye esta tesis. Con doce años fue enviado a una pequeña escuela privada en la cercana localidad de Richmond, donde parece que fue feliz y que tuvo cierta estabilidad. Sin embargo, en 1845 el joven Dodgson fue trasladado a la Escuela de Rugby, donde fue menos feliz, ya que, como escribió algunos años después de dejar el lugar:

No puedo decir ... que ninguna consideración terrenal me induciría a revivir esos tres años de nuevo ... Puedo decir con sinceridad que si me hubiera sentido ... protegido de las molestias de las noches, las vicisitudes de la vida diaria hubieran sido trivialidades en comparación.

La naturaleza de esta “molestia” nocturna nunca se llegará a conocer, pero puede ser que se estuviera refiriendo de una manera sutil a alguna forma de abuso sexual. Académicamente, sin embargo, sobresalió con aparente facilidad. "Nunca he contado con un joven tan prometedor desde que estoy en Rugby" observó R.B. Mayor, maestro de matemáticas.

Oxford

Abandonó Rugby a finales de 1849 y, tras un intervalo que permanece sin explicación, continuó su educación en enero de 1851 en Oxford: fue al antiguo colegio universitario de su padre, Christ Church. Sólo había permanecido en Oxford dos días cuando recibió un llamamiento para que volviera a casa: su madre había muerto a causa de una “inflamación del cerebro" — quizá meningitis o un derrame — a la edad de cuarenta y siete años. Cualesquiera que hubieran sido los sentimientos de Dodgson ante esta muerte, no permitió que le distrajeran demasiado de su objetivo en Oxford. Puede que no trabajara mucho, pero estaba excepcionalmente dotado y los logros venían fácilmente a él. El año siguiente consiguió la más alta calificación en las Honour Moderations (N. de T.: una serie de exámenes de la Universidad de Oxford que se realizan en la primera parte de los estudios>), y poco después fue nominado a una beca (el equivalente de la Christ Church [grabado victoriana]de una beca de investigación universitaria) con un viejo amigo de su padre, el canónigo Edward Pusey.

Su carrera académica en los primeros años giró en torno a ser una promesa rutilante y las distracciones irresistibles. A causa de su propia pereza perdió una beca importante, pero de todos modos su clara brillantez como matemático le facilitó la Cátedra de Matemáticas del Christ Church, que siguió ocupando los siguientes veintiséis años. No tenía objeciones respecto a los ingresos pero el trabajo le aburría. Muchos de sus alumnos eran mayores y más torpes que él, además de más ricos, y casi todos ellos no manifestaban interés alguno. Ellos no querían ser enseñados, él no quería enseñarlos: gobernaba una apatía mutua.

En 1856 dirigió su mirada hacia la nueva forma de arte: la fotografía. Sobresalió en ello y se convirtió en una expresión de su filosofía interior: la creencia en una divinidad que él llamó "belleza", refiriéndose a un estado de perfección moral, estética o física. Encontró esta belleza divina no sólo en la magia del teatro, sino también en la poesía de las palabras, en una fórmula matemática; y quizás, de una manera suprema, en la forma humana, en las imágenes del cuerpo que le conmovían. Cuando comenzó con la fotografía procuró combinar, con sus propias representaciones, los ideales de libertad y belleza en la inocencia del Edén, donde se podía disfrutar del cuerpo y el contacto humano sin verg’enza. En el ecuador de su vida reformuló esta filosofía de la búsqueda de belleza como un estado de gracia, un medio de recuperar la inocencia perdida. Esto, junto con su pasión de toda la vida por el teatro, lo enfrentó con la mayoría moral de su tiempo, así como con las creencia religiosas de su propia familia.

El Charles Dodgson adulto medía aproximadamente un metro y ochenta centímetros, era esbelto y atractivo, de pelo castaño rizado, ojos azules y cara de soñador. A la edad excepcionalmente tardía de diecisiete años sufrió un ataque severo de tos ferina que le condenó a una pérdida de audición del oído derecho, y que era probablemente responsable de la debilidad crónica de su pecho en su vida posterior. Sin embargo, el único defecto manifiesto que se llevó a la edad adulta era, como lo llamaba él mismo, su "vacilación" — un tartamudeo que había adquirido en la primera infancia y que lo perseguiría en todos los ámbitos de su vida. Este tartamudeo siempre ha sido una parte importante de su mito. Forma parte de esta mitología que Carroll sólo tartamudeaba en compañía de adultos y que, sin embargo, tenía fluidez y afinidad con los niños, pero no hay nada que sustente esta idea. Muchos niños recordaban el tartamudeo; muchos adultos ni siquiera lo notaban. El tartamudeo iba y venía por motivos desconocidos pero no era una manifestación del miedo al mundo adulto. El mismo Dodgson era mucho más consciente de ello que la mayor parte de las personas que conocía. Aunque su tartamudeo le preocupaba — hasta llegar a obsesionarle — , nunca fue lo suficientemente grave como para impedir que se desenvolviera en sociedad gracias a sus otras cualidad.

’l era sociable por naturaleza y lo suficientemente egoísta como para saborear la atención y admiración que le dispensaban. En una época en la que la gente ideaba sus propias diversiones, en la que el canto y la recitación eran unas habilidades sociales altamente demandadas, este joven estaba bien provisto de las cualidades de un atractivo artista del espectáculo. Cantaba razonablemente bien y no tenía miedo de recitar ante el público. Además, era un experto imitador y narrador de cuentos: era una estrella de la farsa. Podía ser encantador, insistente, manipulador, con la clase de sensibilidad que las mujeres vulnerables tienden a encontrar irresistible. Hay breves insinuaciones de un sentido altísimo de lo espiritual y lo divino; pequeños momentos que revelan una vida interior rica y vivida intensamente. “La canción ’Call the cattle back home’ es una poesía salvaje y bella”, observó en medio de un análisis de la novela de Kingsley Alton Locke:

Recuerdo que la oí cantar en Albrighton: me pregunto si alguno de los allí presentes podría haberse visto embebido por el espíritu de Alton Locke. No lo creo. Creo que el carácter de la mayoría que conozco es el de un animal refinado... Cuán pocos parecen preocuparse por los únicos objetos de interés real de la vida.

Dodgson también era socialmente ambicioso y estaba preocupado por dejar su huella en el mundo, ya fuera como escritor o como artista. Su carrera académica era sólo un sustituto de otros logros más emocionantes que ansiaba ávidamente. Escribió varias poesías y cuentos que envió a varias revistas, disfrutando ya de un éxito moderado. Entre 1854 y 1856 su trabajo apareció en las publicaciones nacionales The Comic Times y The Train , así como en revistas más pequeñas como Whitby Gazette y Oxford Critic . La mayor parte de su producción era cómica, a veces satírica. Sus estándares y sus ambiciones eran exigentes: "No creo haber escrito nada que merezca ser publicado (no incluyo Whitby Gazette or the Oxonian Advertiser), pero no cejo en el empeño de hacerlo algún día”, escribió en julio de 1855. Años antes de Alice , Carroll ideaba argumentos para libros infantiles que fueran rentables: “Un libro de navidad que se venda bien... consejos prácticos para la construcción de marionetas y de un teatro”. Sus ideas mejoraron con el tiempo, pero la mente astuta, con un ojo puesto en los ingresos siempre estaba ahí.

En 1856 publicó su primer trabajo con el nombre que le haría famoso. Un pequeño poema romántico muy previsible llamado "Solitude"[N. de T.: “Soledad”] apareció en The Train bajo la autoría de Lewis Carroll. Ese mismo año llegó a Christ Church un nuevo decano, Henry Liddell, que trajo consigo a una joven esposa y a sus hijas, las cuales tendrían una gran importancia en la vida de Dodgson durante los años siguientes. Se convirtió en amigo íntimo de la madre y de las niñas, en particular de las tres hermanas — Ina, Alice y Edith. Parece ser que se convirtió en una tradición que se llevara a las niñas al río para hacer picnics en Godstow o Nuneham.

Fue en una de estas salidas, en 1862, que Dodgson creó el esbozo de la historia que finalmente se convirtiría en su primer y más importante éxito comercial — el primer libro de Alice. Habiendo contado la historia y después de que Alice Liddell le suplicara que lo escribiera, Dodgson vio claramente su potencial económico. Llevó el manuscrito al editor Macmillan, que quedó encantado instantáneamente. Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas (Alice's Adventures in Wonderland) fue publicado en 1865, bajo el seudónimo que Dodgson había usado aproximadamente nueve años antes por primera vez: Lewis Carroll.

Con el lanzamiento y el éxito inmediato de Alice, la historia de la vida del autor se bifurca: por un lado, la historia de la verdadera vida de Dodgson y, por otro, el mito que circunda a Lewis Carroll. Carroll se convirtió rápidamente en un álter ego rico y minucioso: un personaje tan famoso y profundamente arraigado en la psique popular como la historia que narraba. A él se debe una gran parte de la imagen de little girls [N. de T.: “las niñitas”>) y del extraño desapego del mundo real. La realidad de Dodgson permaneció y permanece, en su mayor parte, en las sombras: ha sido ignorado hasta por el más reciente y reputado de los biógrafos modernos. Se sabe que, de forma paralela al imparable crecimiento de su riqueza y de su fama, él siguió dando clase en Christ Church hasta 1881, y que residió allí hasta su muerte. Publicó Alicia a través del espejo (Through the Looking-Glass, and what Alice found there) en 1872, su gran burla de la epopeya joyceaneana La caza del carabón (The Hunting of the Snark) en 1876, y su última novela en dos volúmenes Silvia y Bruno (Sylvie and Bruno ) en 1889 y 1893 respectivamente. También publicó muchos estudios matemáticos bajo su propio nombre, causó escándalo por sus relaciones con el sexo opuesto, recorrió Rusia y Europa en una amplia visita (en 1867) y compró una casa en Guildford donde murió repentinamente de pulmonía violenta, el 14 de enero de 1898, dejando misterio y enigma sin resolver tras él.

Más de un siglo ha transcurrido desde entonces y se ha visto una explosión de la mitología que envuelve a Carroll. Los intrincados cuentos son analizados ahora para responder al cómo y el por qué de la vida de Dodgson y su mente. Se le ha tachado de pedófilo, de niño perpetuo; de santo erudito, soñador inocente de niños, como si fuera un residente anormal en una torre de marfil. ¿Pero cómo aparecieron estas afirmaciones? ¿Son reales? Los extractos de In the Shadow of the Dreamchild intentarán contestar a estas preguntas, y seguirán la extraña historia de cómo Carroll nació para eclipsar la realidad del hombre lo creó.


Last modified 28 June 2008; traducido 17 January 2010