[Traducción de Raluca Catalina Lazarescu, revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. En los títulos de las obras no traducidas al castellano, la traductora indica con la anotación «Nota del Traductor (N. T.)« entre paréntesis que la traducción de los mismos es obra suya. En caso contrario, la traductora se basa en las traducciones ya disponibles que figuran en el registro ISBN. Del mismo modo, en lo referente a las citas literarias, la traductora indica las traducciones disponibles en castellano. Aquellos casos en los que no se hace referencia a ninguna traducción previa, aluden a la labor traductora de� Lazarescu.

Introducción

Nacida en una familia de la clase media en Norwich, y educada en una escuela Unitaria de chicas, Harriet Martineau (1802-1876) fue una de las intelectuales más excepcionales y escritoras prolíficas, que hicieron contribuciones significativas a la economía política, la teoría sociológica, el periodismo, el debate sobre la Condición-de-Inglaterra y la Cuestión de la Mujer en la temprana y tardía edad Victoriana. Aunque los prejuicios culturales impidieran a las mujeres estudiar en universidades, Martineau recibió mejor educación formal que la mayor parte de las mujeres de su tiempo. Después de la muerte de su padre, un fabricante textil, decidió perseguir la carrera de escritora, una de las pocas ocupaciones legítimas abiertas a las mujeres empobrecidas de la clase media en la Inglaterra Victoriana.

Martineau sufrió de varias dolencias físicas toda su vida; sorda a la edad de 12 años, tuvo que usar una trompetilla el resto de su vida. También sufrió una pérdida de sensibilidad olfativa y gustativa. A pesar de estos hándicaps, desarrolló un intelecto poderoso y profundo y permaneció activa en la esfera pública durante más de medio siglo. En sus treinta fue postrada en la cama durante más de cinco años. Cuando los doctores describieron su enfermedad como incurable, ella decidió intentar el hipnotismo. Sorprendentemente, se recuperó en pocos meses, y describió su caso en La vida en la enfermería (Life in the Sick-Room)(1844), On Mesmerism (1845). Examinó francamente sus propias enfermedades e inició un debate público sobre la enfermedad, la cura y el estado de inválidos en la sociedad.

Trabajos Tempranos

Al principio Martineau escribió artículos para el periódico Unitario, The Monthly Repository, sobre asuntos diversos. A finales de los años 1820, escribió varias extensiones didácticas, que siguieron el modelo y el estilo desarrollado por Hanna More, pero más radicales en su contenido. Algunas de ellas, p.ej The Rioters (1827) y The Turn-Out(1829), que trataron sobre el desarrollo industrial, anticiparon su trabajo editorial más popular, Ilustraciones de Economía Política. Después de su éxito inicial como periodista y comentarista social, Martineau se mudó a Londres donde llegó a tratar con los escritores más eminentes, intelectuales y eruditos, incluyendo William Wordsworth, John Stuart Mill, Thomas Carlyle, Thomas Malthus, Robert Owen, Charles Babbage. Fascinado por su intelecto extraordinario, Carlyle escribió en una carta a Ralph Waldo Emerson (el 1 de junio de 1837):

Ella es uno de los fenómenos más extraños para mí. Pequeña Poetisa genuina, rígida, envuelta como una momia en fórmulas socinianas y político- económicas; �y aún en verdad viva dentro de esto! «Dios ha dado un Profeta a cada Pueblo en su propia lengua," dicen los árabes. Incluso los Unitarios ingleses iban, un día, a tener su Poeta, y lo mejor que podría decirse de ellos, se diría. Admiro la integridad de esta buena señora, su sinceridad; su discernimiento rápido, agudo; va hacia la profundidad; su amor también es grande; no, de hecho demasiado grande; la multitud de mortales ilustres oscuros que ella produce: predicadores, panfletistas, anti-esclavistas, capaces redactores, Atlases (desconocidos para nosotros) con el mundo sobre sus hombros; absolutamente más que suficiente. [Webb, 1]

La popularidad de Martineau cruzó el Atlántico y en 1832-1834 visitó los Estados Unidos. Después de su vuelta publicó la Sociedad en América (1837), y dos novelas, Deerbook (1839) y The Hour and the Man (1841). Esencialmente, Martineau fue una periodista filosófica, preocupada por los cambios contemporáneos de la sociedad, pero hizo tentativas de escribir narrativas ficticias con comentario tópico social dirigido a los lectores populares. Ella apoyó el Movimiento de Reforma Radical porque creyó que sus miembros propusieron el progreso económico y social. Dio la bienvenida al desarrollo del ferrocarril, que contribuyó a cambios positivos en casi todos los aspectos de vida pública en Inglaterra. Ella confiaba en que Inglaterra estaba a salvo de la revolución, debido al conocimiento social tanto de la clase media como de la clase obrera. Los ensayos críticos de Martineau, comentarios tópicos y narrativas ficticias ejercieron una influencia extendida sobre el pensamiento social en Inglaterra.

Determinismo (N. de. : Necessitarianism)

Martineau fue adherente de la doctrina determinista de causalidad inspirada en John Locke y popularizada por Joseph Priestley (1733-1804), que sostenía que todo era la consecuencia de lo que lo había precedido. No hay voluntad humana libre o libre acción; la persona es una criatura de sus circunstancias. Martineau creía que el universo en general y la sociedad en particular funcionan dentro de ciertas leyes naturales que pueden ser entendidas a través de la ciencia y la educación. El desarrollo de la sociedad realmente libre que contemplaba en sus escritos era gobernado por leyes naturales que funcionaban como leyes de la economía política. Los errores comprometidos por la gente en el proceso pueden ser remediados por la ciencia y una mejor educación. Martineau trató de convencer tanto a capitalistas como a trabajadores de que debían aceptar las leyes económicas y trabajar en armonía con ellas para alcanzar progreso industrial y bienestar general.

Educadora Económica

De joven, Martineau llegó a estar muy interesada en la nueva ciencia de la economía política. Decidió escribir una serie de narrativas ficticias, Ilustraciones de Economía Política (1832-1834), para simplificar y popularizar los principios básicos de economía política. Ya había leído Conversations on the Nature of Polítical Economy(1827) escrito por Jane Marcet y, como escribió en su Autobiografía, entendió que ella « había estado enseñando economía política inadvertidamente « en sus historias más tempranas (122). Contrariamente a Marcet, que dirigió su libro a los lectores cultos de las clases altas, Martineau dirigió sus Ilustraciones a los lectores de clase baja porque creyó que el conocimiento de los rudimentos de economía política les ayudaría a entender mejor la política económica de no intervención y adaptarse a sus exigencias. Martineau creyó que la educación libre y popular mejoraría la vida de las clases más bajas de la sociedad. Como Valerie Sanders afirma:

Optimista sobre las perspectivas de la sociedad, Harriet Martineau sintió, al igual que otros discípulos de los filósofos David Hartley y Joseph Priestley, que un sistema de educación eficiente extendería la sabiduría, la alegría y la paz en todas partes de la nación. [31]

En sus ideas económicas y sociales Martineau siguió las enseñanzas de los fundadores del sistema clásico de economía política, David Ricardo, Adam Smith y James Mill. Su otras tempranas influencias fueron Thomas Malthus y Jeremy Bentham. La prosa de Martineau es una mezcla de ficción y hechos tomados de libros de economía política. Más de una docena de años antes que Elizabeth Gaskell, Martineau trató sobre la controversia de las relaciones industriales. En general, Martineau sostuvo vistas paliativas sobre la Revolución Industrial y el sistema político de no intervención en Inglaterra. Creyó que las invenciones técnicas y el progreso general mejorarían las condiciones de vida de los pobres. Los cuentos de Martineau sugieren que los excesos y las dificultades de capitalismo son debidos al malentendido y la acción incorrecta; la obediencia a la mano invisible del mercado (una metáfora acuñada por el economista Adam Smith) tarde o temprano conducirá a la prosperidad para todas las clases. Según el resumen de Louis Cazamian de esta perspectiva,

las masas sufren porque no entienden las leyes que regulan la sociedad; toda su miseria deriva de estas leyes inexorables socioeconómicas, y si realmente quieren atacar el orden social primero deben entenderlas. Por lo tanto, sería útil y noble mostrarles donde están sus errores. [51]

Las Ilustraciones de Economía Política de Martineau (1832-1834) son una serie de veinticuatro narrativas ficticias con un volumen concluyente de resumen diseñado para educar una masa amplia y corriente de lectores y sobre aspectos claves de la economía política a comienzos de la era Victoriana. Una desventaja notable de los libros consiste en que Martineau fracasó al no tener en cuenta lo que Disraeli llamó las «dos naciones" en sus novelas sobre la condición de Inglaterra. En cambio proporcionó una visión utópica del capitalismo industrial sin malestar social. Martineau, como Deirdre David ha dicho, «transforma problemas complejos en fábulas felices» (43). Generalmente, tiene una opinión favorable sobre la Revolución Industrial y evita escribir sobre su lado oscuro. Como Ivanka Kovacevic ha escrito: «Nada la complació más que la vista de trabajadores limpios y eficientes que hábilmente cosen o recortan, con la ayuda de máquinas enormes, sobrehumanas» (39).

Uno de los mejores cuentos en las Ilustraciones de Economía Política, Una huelga en Manchester (A Manchester Strike) (1835), que describe la degradación y el sufrimiento de los pobres, tuvo un éxito literario inmediato, y ahora está considerado como la primera obra de ficción en presentar la lucha industrial. Esta narrativa anticipó la idea de autoayuda de Samuel Smile. Martineau creyó que los males sociales eran creados por el hombre y por lo tanto podían y debían ser remediados por la misma gente. Siguiendo las ideas de Malthus, Martineau advierte a sus lectores sobre los peligros de la superpoblación. Preocupada por un suministro excesivo de trabajo, sugiere que los trabajadores se casen en una edad más avanzada y que tengan menos hijos. De otra manera, seguirán recibiendo salarios inferiores. Como Susan Zlotnick observa:

Ya que en el universo de Martineau la única manera de aumentar salarios es disminuir el suministro de trabajo, ella aconseja a los trabajadores de Inglaterra vivir de acuerdo al principio de oferta y demanda. Si los trabajadores tuvieran familias más pequeñas y trajeran menos trabajo al mercado, la demanda excedería el suministro y los salarios se elevarían; pero a la inversa, como una maestra los informa, si « deciden criar familias grandes que a su vez criarán familias grandes para la misma ocupación, es una consecuencia necesaria que los salarios lleguen al punto más bajo." [155]

En la parte final de las Ilustraciones, titulada La moral de muchas fábulas (The Moral of Many Fables), Martineau resume su teoría de economía política, que no ha perdido actualidad ni siquiera hoy.

El CAPITAL se produce de alguna manera con la idea de emplearlo en una producción posterior. El trabajo es el origen, y el Ahorro es el apoyo de capital. El capital consiste en:

  1. Los instrumentos de trabajo
  2. El material, simple o compuesto, sobre el cual el trabajo es empleado,[y]
  3. La subsistencia de los trabajadores.

De estas tres partes, la primera constituye el capital fijo; la segunda y la tercera el capital reproductivo. Ya que el Capital es sacado del Trabajo, todo lo que economiza el trabajo ayuda al crecimiento del Capital. La maquinaria economiza el Trabajo, y por lo tanto ayuda al crecimiento del Capital. El crecimiento del capital aumenta la demanda de empleo. La maquinaria, ayudando al crecimiento del Capital, aumenta la demanda de empleo. En otras palabras, la industria productiva es proporcional al capital, sea éste capital fijo o reproductivo. Los intereses de las dos clases de productores, trabajadores y capitalistas, son por lo tanto, los mismos; la prosperidad de ambos dependiendo de la acumulación de CAPITAL.[4]

Después del éxito de las Ilustraciones de Economía Política, Martineau publicó Poor Laws and Paupers Illustrated (1833-4) y Illustrations of Taxation(1834), que fueron también muy populares entre con lectores.

Socióloga

Martineau está considerada la primera socióloga. De estudiante, escribió varios ensayos consagrados a las costumbres sociales en Inglaterra y Estados Unidos. Como guardar la moral y la educación (How to Observe Morals and Manners) (1838) es un tratado sobre la metodología de investigación sociológica, en el cual Martineau examina las clases sociales, el desarrollo social, la religión, las relaciones domésticas, las interacciones entre las instituciones públicas y el individuo, y la Cuestión de la Mujer. Planteando una pregunta sobre como las sociedades pueden ser analizadas, Martineau sostuvo que los observadores de otras sociedades hicieron un error metodológico fundamental; compararon otras sociedades con la suya.

Martineau también tradujo y condensó los seis volúmenes de Curso de filosofía positiva (Cours de Philosophie Positive) de Auguste Comte como The Positive Philosophy of Auguste Compte (1853), que sentó las bases para la nueva disciplina de sociología. La traducción fue recibida favorablemente por Herbert Spencer, T. H. Huxley, y otros positivistas británicos.

Feminista

Martineau fue una de las primeras escritoras Victorianas en introducir la Cuestión de la Mujer en sus polémicos escritos. Como Hanna More, mostró énfasis en que las mujeres deben contribuir a la virtud de sociedad. También revindicó la educación de la mujer. Martineau concluyó que mediados del siglo diecinueve fue un período de transición para las mujeres, tal como lo fue para las instituciones políticas y las creencias religiosas; y para todos los fenómenos de cambio rápido de la época. Martineau puede ser considerada una pensadora proto-feminista que contribuyó considerablemente a un debate público sobre los derechos sociales y políticos de la mujer aunque no apoyara públicamente el movimiento feminista. Sobre la educación de la mujer (On Female Education)(1823), publicado de manera anónima en The Monthly Depository, contuvo una demanda de enseñanza superior para las chicas y el desarrollo de todos los poderes de su sexo. Algunos de los ataques más cáusticos de Martineau sobre la opresión masculina y la situación grave de mujeres se encuentran en American Society(1837), que contiene un capítulo titulado La inexistencia política de las mujeres (The Political Non-Existance of Women). Ella sostenía que las mujeres eran tratadas casi como esclavas en la nueva república. Martineau impulsó a las mujeres a vencer las coacciones impuestas por los hombres sobre su género.

Si se busca una prueba de civilización, ninguna puede ser tan segura como la condición de aquella mitad de la sociedad sobre la cual la otra mitad tiene el poder, - del ejercicio del derecho del más fuerte. Puesta a prueba a través de este test, la civilización americana parece ser de un orden inferior al que podría haberse esperado de algunos otros síntomas de su estado social. Los americanos, en el trato de las mujeres, han caído bajo, no sólo según sus propios principios democráticos, sino también según las costumbres de algunas partes del Viejo Mundo. La inconciencia de ambos en cuanto a las heridas sufridas por las mujeres a manos de los que tienen el poder es una prueba suficiente del bajo grado de civilización en este importante detalle, en el cual ellos se quedan. Mientras el intelecto de la mujer es restringido, su moral aplastada, su salud arruinada, sus debilidades fomentadas y su fuerza castigada, dicen que su suerte está echada en el paraíso de las mujeres: y no hay ningún otro país en el mundo donde hay tanta jactancia del tratamiento «cortés" del que ella disfruta. Es decir, - ella tiene aparentemente el mejor lugar en los carruajes, cuando no hay suficientes asientos para todos y los caballeros se quedan de pié; escucha discursos prósperos en ocasiones públicas sobre la mujer y la casa, y oratorias a la mujer; a su marido le asusta la idea de que ella pueda trabajar, y se esfuerza para mimarla con el dinero; ella tiene la libertad de marearse tras el entusiasmo religioso, de que su atención pueda ser desviada de la moralidad, la política, y la filosofía; y, sobre todo, su ética está vigiladas por la observancia más estricta del decoro en su presencia. En breve, se le ofrece indulgencia como substituta de la justicia. Su caso se diferencia del esclavo, en cuanto al principio, solamente en esto; en que la indulgencia es grande y universal, en vez de pequeña y caprichosa. En ambos casos, la justicia es denegada bajo ningún pretexto mejor que el del derecho del más fuerte. En ambos casos, el consentimiento de muchos y el descontento ardiente de pocos, del testigo oprimido, el uno para la degradación real de la clase, y el otro a su salud por el placer de derechos humanos. [106-107]

Martineau llegó a estar más interesada en la Cuestión de la Mujer después de su vuelta de los Estados Unidos. Inició una campaña sobre el empleo de mujer. Martineau fue una de las críticas vehementes del Acto de Enfermedades contagiosas, que autorizó a la policía a detener y examinar a las mujeres que fueran sospechosas de portar enfermedades venéreas. En el artículo Female Industry(1859), publicado en la Edimburgh Review, Martineau afirmó que las mujeres jóvenes de la clase media deberían tener permiso para romper los códigos estrictos de gentileza y buscar profesiones para ser económicamente independientes. Junto con otras escritoras feministas, como Caroline Norton, Barbara Leigh Smith Bodichon, Martineau influyó en los debates sobre la Cuestión de la Mujer en los años 1850.

Novelista

En un ensayo titulado Los logros del genio de Scott (The Achievements of the Genius of Scott) Martineau presentó su teoría de la novela como instrumento de regeneración moral y política de sociedad:

En un nuevo novelista debemos tener los temas más profundos, no menos pintorescos, quizás, por su realidad — que la presente condición de la sociedad sugiere. Hemos tenido bastante de intrigas ambiciosas; ¿por qué no tomar ahora el magnífico tema del nacimiento del principio político cuyo advenimiento ha sido tan anunciado? ¿Qué puede permitir un escenario moral mejor que el estado de transición en el cual se encuentra la sociedad ahora? Donde se pueden encontrar héroes más nobles que los que sostienen la sociedad en la lucha; ¿y qué catástrofe es tan grande como la caída de instituciones perjudiciales, y los problemas de un proceso de renovación? El heroísmo se puede encontrar ahora, no encajonado en el timón y la coraza, sino haciéndose más fuerte en el gabinete del hombre de Estado, dirigiendo los movimientos de la multitud desarmada, y pacientemente resistiendo contra la dificultad, en la esperanza de su desaparición pacífica. [459]

Martineau anuncia la aparición « de nuevos novelistas «, como Disraeli y Gaskell, quienes no están interesados en la historia, sino en temas contemporáneos sociales y políticos. En esta misma línea Martineau publicó una novela, Deerbrook (1840), en la cual ella hace usa la narrativa de ficción para explicar temas sociales corrientes de clase y género. Deerbrook puede ser considerada antecendente de la Novela sobre la condición-de-Inglaterra. Aunque el argumento principal del matrimonio en la novela, sacado de la ficción doméstica, sea convencional, un argumento entretejido secundario trata sobre el destino de una mujer soltera en la sociedad Victoriana. Como Ana Hobart escribe:

Esto idealiza una esfera doméstica habitada por mujeres racionales, socialmente conscientes al mismo tiempo que pone en duda la ideología de los deberes de género que bloquearon el acceso de las mujeres a una posición de sostenimiento personal en la esfera pública. [242]

Martineau así integró la crítica social y la Cuestión de la Mujer en la novela doméstica, que más tarde fue desarrollada por Charlotte Brontë, Elizabeth Gaskell, y George Eliot.

Conclusión

Los escritos de Martineau sintetizan y popularizan la investigación contemporánea en economía política y sociología. Su liberalismo radical y feminismo incitaron a varios pensadores Victorianos a tratar más abiertamente los temas sociales y de la mujer. Ella contribuyó considerablemente a la aparición de las novelas sobre la Condición de Inglaterra en los años 1840 y 1850, que se basaron fundamentalmente en sus ilustraciones profundas del estado de la sociedad. Como feminista temprana, Martineau rechazó los papeles sociales y económicos de la mujer impuestos por una sociedad patriarcal. Ella destacó la marginalización de las mujeres y las impulsó a tratar de vencer las injusticias sociales basadas en el género.

Después de la muerte de Martineau su legado prodigioso y versátil, disperso en varias revistas y publicaciones misceláneas, fue gradualmente olvidado e infravalorado en estudios literarios y de historia cultural. Sin embargo, estudios por Robert K. Webb, Vera Wheatley, Valerie K. Pichanick, Caroline Roberts, David Deirdre, Susan Hoecker-Drysdale, Linda H. Peterson y otros demuestran que las escrituras de Martineau pueden ser todavía legibles y provocativas para los estudiantes actuales de la era Victoriana.

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Modificado por última vez el 28 de junio 2008; traducido el 3 de enero de 2011